jueves, 26 de abril de 2012

Como pregona mi amigo el de la esquina, a veces nos sentamos a escribir cosas y, luego de un rato, caemos en la cuenta de que se nos ha secado la imaginación, el empujón del arranque.
Te paras, buscas un qué, te rindes y empiezas de nuevo, lo miras todo, recorres cada rincón de la estancia, de tu cabeza, no te hilan las palabras; muchas cosas inconexas, y -medio mosca- te ves en el vacío y con los pies colgando. Aún así... ¡vuelves a la carga!
Un poco más allá de tus preocupaciones, te reencuentras, casi que de pronto, los ojos que siempre te están mirando, que saben -con puntería milimétrica- lo que te corre por la cabeza; te sonríen, te alientan, te animan y, en un momento, te dicen: ¡lógralo!, sientes, con cada soplo de aire, que su calor te envuelve, te abrazan; siempre están ahí, vigilando que estés bien... te pones a ello, consigues juntar cuatro frases, las escribes y lo dejas para -en otro momento- juntar algunas más.
Cuando te paras, ves que siguen ahí, esperando, te levantas, vas a su lado y vuelves a decirle: ¡eres lo mejor que me ha pasado en mi vida...!

viernes, 20 de abril de 2012

Día del libro


Hoy es el día de agasajar, una vez más, a un leal y fiel compañero que, aún, al paso del tiempo, sigue contándonos, enseñándonos y hasta dando sus consejos; labores que borda con un exquisito esmero, llegando a todos cuantos quieran mirar en sus entrañas buscando mil composiciones, historias, relatos, o un simple dato.
No es fácil contar, de él, cosas que ya no hayamos dicho o no sepamos; sólo agradecerle que siempre esté ahí, siendo útil a todo aquél que encuentra lo que busca, al que aprende, al que cuenta, al que empieza... al que lo rememora.
Hoy, 23 de abril, alguien será premiado, por su labor como escritor, el  verdadero premio será para los que tengamos la gran suerte de saborear ese trabajo, de leerlo y releerlo..., ser dueño de esa obra, la que perdura, la que otros -en el tiempo- tendrán la oportunidad de saborear en cualquiera de sus usos; por ello, felicidades amigo libro, por darlo todo de ti.

lunes, 9 de abril de 2012

Nada fácil... ¡no!

Cuando, con su timbre desgarrado, sonó en lo que, a mi parecer, era de madrugada, me acordé de que a esas horas -recuerdos de otros días- son los "kiries", bendiciones a ese "maldito", que, luego de una semana, nos devuelve,  con su risa irónica, a la cruda realidad...
Primeras protestas -cinco minutillos más- y luego, a correr, ¡bah, que mal! Prisas, más prisas; luego, el agua, no bendita, de la ducha te recuerda que todo se ha acabado, que el muñeco saltó de la hamaca, se afeitó, duchó, peinó y, luego de un café endemoniado... ¡a currelar! -que corto se hace-... coche, carretera... y, en un de repente, estás allí, donde mismo lo dejaste...
El único medio consuelo, los que comparten tarea contigo, no están mejor que tú... ¡mal de muchos...!
No has empezado y ya vives pensando, en el próximo respiro, en volver a levantarte y no tener nada que hacer... pero esa, ya será otra historia