jueves, 28 de noviembre de 2013

Cuántas veces las he puesto, y nunca dije nada... ni de ida ni de vuelta...


En el jardín, pasa el día, tirada al sol, luciendo en su esplendor mil y un colores, adorna el espacio, coloreando el hueco que vive, luciendo sus mejores galas.
Esta vez, sé que no es la primera, me quise parar, mirarla detenidamente, sentir su perfume acaramelado, y dejar que algunas gotas, de su inminente riego, resbalaran por mi cara. Son esos momentos en que, móvil en mano, ¡clic, clac! parada en un instante.
Nunca me había parado tanto, y pregunto ¿por qué, si siempre han estado mirándome?
Esta vez lo hice, aquí te la dejo, ¡disfrútala!, su tiempo es efímero.

martes, 12 de noviembre de 2013

¡Cuántas veces de niño...!, ¿y ahora...?

Pillada a Javier R., bloguero de cámara en mano

¡Cuántas y cuántas veces! de niño salíamos corriendo cuando la vecina, alguna desconocida y otras... se acercaban -¡qué niño tan bonito!- a colocar en tu carita -inocentona- un beso resonado, de esos llenos de saliva indescifrable, a 3000 db de volumen, rechupeteados, que -a la que te pillaban- aguantabas sin que tus quejas y mohines fueran motivo para tu negativa.
Otro era el de la tita -que ni era tita ni nada-, que aparecía por tu casa como la primavera, sola, sin aviso de invitación, de la que te pasabas, mínimo medio día, huyendo o urdiendo mil y un conjuro para que te dejara en paz.
De ellos, los que te diera, siempre dispuesto a recogerlos -los de mamá- mezcla de sabores caramelos de azúcar, cucharadas de bienmesabe, tartas de mil colores... dado, entre tus labios y mejilla, del que no quisieras borrar ni el sonido, retener el aire, tatuar su saliva en tu cara, para siempre...
Y ahora, ¿dónde se esconden? ¿quién me los robó... para siempre?, ¡cuánto y cuánto los echo de menos...! Besos, miles de besos...