domingo, 29 de marzo de 2015

Primavera que no termina de llegar...


Según parece... se querían ir "pa la playa", esa mañana del 21 cogieron los atalajes y tiraron hacia la orilla de la marea, pero... ¡cuál no fue la sorpresa!, no se veía a nadie ni al sol que buscaban para calentarse... sólo frío y algunas gotejas que incomodaban el momento.
Los pives y pivas iban y venían, ojeando el mejor echadero, y en el grupo... ella... guapa, con un cuerpazo de aquí te espero; él, buen mozo, la miró, la picó el ojo y le abrió una sonrisa que se le colgó del rabo al cuerno y del cuerno al rabo...
Sigiloso se le fue acercando, le contó mil milongas, le pintó un bello futuro, le prometió que cuidaría de ella hasta el fin de sus días, cuando en un descuido, ¡zas! el zalamero se le subió a la grupa, la abrazó casi con ternura y, luego... lo de siempre, ¡si te he visto no me acuerdo!, encendió un cigarro, miró pa otra y recomenzó la historia...

jueves, 5 de marzo de 2015

De aquí.. al fueguito...

¡Ya llegaron ellos!
con trajes, pegatinas y colorines...
sardinas, papahuevos, petardos, serpentinas y confetis... tambores y panderetas... ¡¡¡carnavales!!!
Infantes cantando: al maestro que marca mucho, al que da cuatro gritos, a la seño que entretiene, al "tutor" que no deja ni respirar, al jefe que controla, al comedor que les da potajes...
Otro añito, niños que suben y bajan sin control, murgas dando los últimos toques, bailones de ocasión que traen ritmos alocados... hip... hop... mayores intentando controlar lo incontrolable... la risa...
Y, allí, en su pedestal, ella, en momentos no lejanos será humo, mientras tanto, la gala colegiocarnavalera... un pasacalles, todos a la calle, a lucir nuestras galas...
Al final, el fuego se lo lleva todo, el año que viene, más...

miércoles, 4 de marzo de 2015

Tiempos que van llegando...


Llevaba tiempo que no pasaba, no por no tener qué, sino no tener un ratico para dejar cuatro palabrejas.
Hoy, víspera de que va llegando, me paso, para empezar a celebrar que, a muy poquito, revolotearán en nuestro rededor, con sus bellos colores, no por gustar, sino por buscar a ese chorvo que les pique el ojo y les diga muy bajito... ¡menudo pivón!
A casi nada, el campo será verde, los prados multicolor, y, en el aire, ...