martes, 14 de febrero de 2017

Tengo una grulla de la Paz, un bello e inesperado regalo...



El lunes, sin ir ni más lejos, alguien llegó a mi clase, y, por sorpresa, me entregó el bello ejemplar... me quedé... no se si parado o en 33 que se dice ahora... no salía de mi asombro, mezcla de que no lo esperas y de la bella sencillez del regalín.
Ella, la que enseñó con sus niños a todo el cole a fabricarlas, me trae, en exclusiva, una para mi... ¡qué alegría!, no le pregunté, tampoco creo que quiera saber el «por qué», sólo quise disfrutar el momento y, para mucho tiempo, del regalo.
He ido probando varias poses, en la mesa, en el teclado, delante de cosas, y, al final, me he decidido por esta instantánea... como si saliera del blog pantalla arriba...
Le buscaré un sitito de honor entre mis cosas, quizás entre mis brujas... ya veremos. Prometo traer documento gráfico.
Ha sido un precioso y muy lindo regalillo.
¡Gracias, compañera!

2 comentarios:

  1. Qué bonito es recibir esos regalos especiales para gente especial. Si es que eres bribón!!!!

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    Respuestas
    1. Hacía mucho que nadie me regalaba una grulla de papel... y menos de lunares...
      Bribón no era el barco de los bribones?

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